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SOS RESILIENTE?

El origen de esta palabra, viene de la Fisica de Materiales. Un metal resiliente, es un metal que piedes forzar, lo piedes doblar y no se rompe, sino que vuelve a su forma original. 


En ese sentido, la persona resiliente es aquella que puede resisitir una gran presión y no por ello, romperse, incluso puede volverse mejor, mas poderosa y mas sabia.


Que características tienen las personas resilientes? 


Todos tenemos un potencial de desarrollo que se pone a prueba en los peores momentos.


En las personas resilientes, un pasado desafortunado, no condiciona la felicidad futura, gracias a que la mente humana tiene plasticidad.

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1. SE HONESTA/O: Escribí, llamá o acercate al estudio de yoga y pedi que te recomienden un tipo de clase que sea adecuado para vos. Contales tu historial de actividad física, si tenés lesiones o limitaciones de algún tipo. Incluso con clases de yoga suave, es importante que el profe sepa que es apropiado para vos.

2. SÉ PUNTUAL: Esto te permitirá instalarte, saber dónde está el vestidor y acostumbrarte a la energía del lugar. Si entras corriendo a una clase de yoga traerás toda tu ansiedad al mat. Trata de no aumentar el estrés de principiante llegando tarde.

3. PRESENTATE: Animáte a presentarte y hazle saber a tu profesor que sos nueva/o. No sientas timidez: es lo mejor que puedes hacer por vos, y por el profesor que podrá así, por ejemplo, ofrecerte algunas posturas con modificaciones útiles pensadas para vos.

4. ELEGÍ UN BUEN LUGAR: Asegurate, sobretodo en tus primeras clases de colocar tu mat donde puedas escuchar y ver bien al profesor.

5. ESTABLECÉ UNA INTENCIÓN: La mayoría de las clases de yoga comienzan con un momento para respirar y centrarse antes de comenzar con las posturas o asanas, Considerá usar este tiempo para establecer tu propia intención. Por ella llegaste hasta esta clase de Yoga!

6. ESCUCHÁ A TU CUERPO: Probablemente descubras muchas sensaciones nuevas. Hacelé saber a tu instructor si en alguna postura sientes dolor o incomodidad. Si lo necesitas descansá, respirá y luego volvé a la práctica.

7. NO TE COMPARES: El yoga no es una competencia. No se entregan calificaciones. Nadie gana ni pierde. Practicamos el progreso, no la perfección. Si tu vecino puede profundizar en una postura mas que vos, probablemente lleva más tiempo practicando.

8. DISFRUTA DE TU SAVASANA: Savasana (la postura final, tendidos boca arriba) puede ser la postura más difícil de la clase. La idea "detener los pensamientos" en savasana es errónea. En lugar de eso, solo observalos, dejalos pasar y luego volvé a enfocarte en tu respiración.

9. VOLVÉ A LA CLASE: El yoga es una práctica de acumulación. Con cada clase que tomes, su impacto en tu vida seguirá aumentando. Así que si el yoga no te produce un "clic" de inmediato, dale más tiempo. La práctica del yoga nos pone cara a cara con la extraordinaria complejidad de nuestro propio ser y a veces no es fácil enfrentarla.

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La relacion de la mujer y el yoga no ha sido siempre como la conocemos hoy. El yoga en sus orígenes fue creado y dirigido por y para hombres, en una India marcada por el machismo. Las mujeres no tenían derecho sobre su cuerpo ni podían aspirar a explorar caminos más intelectuales o espirituales.Y por supuesto no tenían acceso a las enseñanzas del yoga. De ahí la ausencia de mujeres en los textos sagrados. Aún a día de hoy algunos ashrams prohíben el acceso de mujeres.

En los inicios el yoga era más bien una filosofía. Pero a principios del siglo XX con la Primera Guerra Mundial el yoga empezó a ser difundido en India de manera más física (asanas) a modo de entrenamiento para el ejército.

Rompiendo barreras, prejuicios y prohibiciones las mujeres fueron abriéndose camino en el mundo del yoga.

Hoy rendimos homenaje a quienes hucieron posible este camino que transitamos.

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1. Sri Anandamaji Ma (1896 – 1982), fue una santa india del siglo XIX que, sin recibir la guía de ningún gurú, se realizó espiritualmente y fue reconocida como maestra en un país y una época en la que la mujer era considerada inferior al hombre.

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2. Indra Devi fue la gran mujer del yoga, primera alumna del gran maestro T. Krishnamacharya, el padre del yoga. Y una figura muy importante en cuanto a la difusión de la práctica y filosofía del yoga en occidente. Para lograr ser alumna del maestro, por el hecho de ser mujer tuvo que solicitar su intervención al Maharaja de Mysore.

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3. Mirra Alfassa (1878-1973), conocida como la Madre, fue la compañera espiritual de Sri Aurobindo. El maestro la consideraba su igual, y a causa de su capacidad para la organización.

La comunidad de Auroville fue fundada según las visiones de Sri Aurobindo y más concretamente por Mirra Alfassa.

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4. Geeta S. Iyengar (1944-2018), es la madre del yoga femenino, descrita como “la principal maestra de yoga del mundo”. Hija del gran maestro B.K.S. Iyengar, honró su legado adaptando su método a la salud de las mujeres, la fisiología del cuerpo femenino y a sus momentos vitales. Sus excepcionales enseñanzas han ayudado a muchas mujeres en embarazos difíciles y depresiones menopáusicas.

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"Allí donde alguien lucha por su dignidad, por la igualdad, por ser libre... mírale a los ojos".

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